Hoy, docenas de militantes independentistas de Navarra nos hemos reunido en la capi-tal de Euskal Herria para hacer públicas nuestras reflexiones.
El momento elegido para hacer esta declaración no es casualidad. Ahora que parece que la segunda ola de la pandemia va remitiendo en Navarra, creemos que es el mo-mento adecuado de centrar el debate político. Porque todavía estamos en una situación de emergencia sanitaria y tenemos la oportunidad y la necesidad de corregir los errores que se han cometido hasta ahora, centrándonos en los retos verdaderamente importan-tes y priorizando los intereses y las necesidades de la gente por encima de todo.
Hoy, queremos exponer las cinco ideas que resumen la opinión política de la izquier-da abertzale:
1. Nuestra prioridad, el cuidado de la gente! La pandemia ha sacudido nuestras vidas y ha acarreado una situación sin precedentes, tanto en nuestro país como a nivel La izquierda abertzale de Navarra a la sociedad navarraglobal. Estamos frente a una emergencia sanitaria que está golpeando especial-mente a las personas más vulnerables: a nuestros abuelos y abuelas, a las personas que están enfermas, a quienes viven en las condiciones más precarias... Hacen falta medidas para frenar el desarrollo de la pandemia, poner el cuidado de la gente, de la comunidad, en el centro; la vida, al fin y al cabo. Y estamos dispuestas a asumir sacrificios en nuestras libertades individuales con ese fin.
Pero decimos, con la misma firmeza, que los intentos para evitar la propagación de la pandemia no pueden basarse únicamente en medidas restrictivas. Corresponde a las instituciones incrementar el trabajo de rastreo, mejorar el servicio sanitario, poner me-dios para que la enseñanza y el transporte público sean más seguros, proteger y cuidar a las personas que están luchando en primera línea contra la pandemia. No es legítimo culpar a la gente de la propagación del virus, menos, si cabe, cuando en muchas de las decisiones que han tomado las autoridades han primado los intereses de las élites económicas por encima de la salud de la gente. Y no es legitimo utilizar la pandemia como excusa para militarizar nuestros pueblos.
Así mismo, consideramos inapropiadas las actitudes individualistas y aquellas que se resisten a aceptar la realidad de la epidemia. Utilizar como un mantra argumentos como que nos encontramos ante un experimento social constructivista o que la epidemia es parte de un complot, no soluciona las urgencias de la gente. No cura a los enfermos. En este momento histórico, la aportación al reto colectivo de la izquierda por construir un mundo más justo pasa por priorizar el interés colectivo frente al individualismo, por activar ese sentido comunitario y de solidaridad tan arraigados en nuestro pueblo.
2. Que la crisis la pague el capital. No podemos olvidar que las medidas que se están tomando y las que habrá que tomar tienen graves consecuencias económicas y so-ciales para muchas personas. Nos acordamos de las personas en paro, de quienes están en trabajos precarios o de quienes temen perder su empleo. Nos acordamos de los hosteleros, del pequeño comercio, de las autónomas, de quienes trabajan en el ámbito de la cultura o de los cuidados... No es aceptable pedir responsabilidad social a determinados sectores sin ofrecerles ningún tipo de apoyo. No es aceptable que, como en el 2008, las consecuencias de la crisis recaigan sobre las de siempre. Hay que cambiar el modelo fiscal para que los que más tienen paguen más y parali-zar la construcción de obras faraónicas que no tienen ninguna utilidad social.
3. Políticas públicas al servicio de la sociedad. Ahora estamos pagando las conse-cuencias de años de recortes, de privatizaciones y de políticas neoliberales. Es im-prescindible cambiar el rumbo de las políticas públicas: un modelo fiscal pensado para la mayoría, la regulación del ámbito económico-privado, el fortalecimiento de los servicios públicos, el desarrollo de un sistema público de cuidados, acabar con la austeridad, hacer un debate democrático sobre la nueva normalidad... En definitiva, hablamos de poner la vida y el bienestar de la mayoría en el centro de las políticas públicas y económicas.
4. Aprovechar la crisis para cambiarlo todo.La situación actual no es casualidad. Ha sacado a relucir la crisis estructural del Capitalismo y las nefastas consecuencias de las políticas neoliberales y, a su vez, está teniendo una influencia directa en las condiciones materiales de amplios sectores de la población. Otras crisis han esta-llado también en los últimos años, como la crisis climática, la crisis de cuidados o la crisis humanitaria que ha acompañado a las migraciones masivas. Todas ellas son también consecuencia directa y destacada de este sistema injusto que nos lleva al precipicio como civilización.
Es más evidente que nunca que necesitamos un nuevo modelo social y económico, que nuestro pueblo necesita una profunda transformación. Que la pandemia sirva, al menos, para concienciarnos de la urgencia de abordar una transición económica, social y ecológica. Nos referimos a un nuevo modelo (re)productivo que respete la naturaleza y los recursos naturales. Un modelo construido sobre valores feministas. Un modelo que tenga como objetivo garantizar una vida digna.
5. La soberanía es hoy más necesaria que nunca. Más allá de las teorías que repetían que las fronteras y los estados desaparecerían con la globalización, en la crisis de la COVID 19 son los estados y sus decisiones las que han predominado. El hecho de no tener instrumentos de estado nos coloca en una situación de vulnerabilidad, a merced de un autonomismo y un regionalismo débil y caduco. En este contexto complejo, está quedando en evidencia que es imprescindible poder decidir aquí, en Navarra, las políticas económicas y públicas, que necesitamos soberanía para afron-tar los retos que tiene nuestro pueblo.
Para finalizar, SORTU hace un llamamiento a la comunidad de la izquierda abertza-le y a la sociedad, en general, a cuidarse, a organizarse y a movilizarse, a conspirar y a luchar contra las injusticias. Convirtamos nuestro enfado y nuestra inquietud en una gran fuerza transformadora para seguir haciendo País. Prosigamos, en definitiva, con ese auzolan gigante a favor de una Euskal Herria socialista, porque esa es la aportación que podemos hacer aquí y ahora para construir un mundo más justo.
Gora Euskal Herria Askatuta!
Gora Herria!