Si finalmente se impone la petición fiscal en el juicio que ha terminado hoy en la Audiencia Nacional, el ex preso político Asier Ezeiza va a pasar diecinueve años más en prisión. Resulta terrible observar que, once años después del cese definitivo la actividad armada de ETA, el Estado se aferre con uñas y dientes a una política de venganza insaciable, sin ninguna disposición para dar con una solucion al conflicto.
La venganza no es sinónimo de paz. Al contrario, para crear un nuevo escenario de paz y convivencia democrática en Euskal Herria, es imprescindible dar una solución a la cuestión de las personas presas, por lo que el impulso para llenar las cárceles carece de sentido. Precisamente el caso de Ezeiza no es el único, ya que se están acelerando diferentes causas judiciales para llenar las prisiones, tal y como observamos últimamente en la Audiencia Nacional.
Mientras el Estado mantiene a las presas como rehenes, también mantiene como rehen a la sociedad vasca. Sabe que mientras haya personas presas resulta más difícil arreglar el problema político subyacente al conflicto, frustrando así cualquier solución política y democrática.
Sortu se reafirma en su compromiso de hacer lo que esté en su mano para vaciar las cárceles y dar con una solución política y democrática al conflicto.