La puesta en libertad condicional de Josu Urrutikoetxea es una buena noticia. Se trata de una decisión que va en la buena dirección. Los jueces han tomado en cuenta el desarrollo político de Euskal Herria durante estos últimos años y el papel jugado por Urrutikoetxea. Efectivamente, Urrutikoetxea es uno de los máximos referentes del compromiso por la paz dentro de ETA. Quien puso voz al último comunicado de ETA. Fue uno de los protagonistas más importantes para retirar la violencia de ETA de la ecuación política vasca para siempre.
La de hoy es, en definitiva, una noticia esperanzadora. La decisión judicial evidencia que en Euskal Herria es posible construir un nuevo escenario de paz, convivencia y democracia dejando a un lado esquemas esquemas ya obsoletos, puesto que los mayores problemas en la resolución del conflicto pueden ser solventados a través del diálogo y consensos.
Madrid debería tomar nota de la decisión tomada hoy en París. No debería seguir obstaculizando la determinación de la sociedad vasca por seguir avanzando hacia un escenario de paz. La violencia de ETA ha desaparecido, pero la de los estados continúa bien presente, porque la política de dispersión es violencia; mantener a los presos gravemente enfermos en prisión es violencia; tratar de responsabilizar de todo lo sucedido en este país a la izquierda abertzale es violencia; tratar de imponer un relato de vencedores y vencidos, de justos e injustos, de buenos y malos es violencia; impedir el derecho de autodeterminación de Euskal Herria, Cataluña y el resto de pueblos del estado es violencia.
El Estado español y muy particularmente el PSOE tienen que realizar su propio tránsito a una estrategia pacífica y democrática; tienen que abandonar la represión y la violencia y apostar por la democracia, por la paz y por el respeto de nuestros derechos nacionales y sociales.
2019-06-19