Jesus Ricardo Urteaga Repulles “Txetxu” (Bilbao 1958) ha fallecido en Venezuela, después de haber permanecido en el exilio desde 1978. En mayo de 1984 fue deportado a Venezuela por las autoridades francesas, a donde llegó con un salvoconducto francés, visa de turista y escoltado por policias galos. Desde entonces ha permanecido allí hasta que ha fallecido víctima de un cáncer.
Ante ello SORTU señala lo siguiente:
• En primer lugar nuestro cariño y solidaridad para la familia de Txetxu, haciéndola extensiva a todas las familias de los y las deportadas y refugiadas políticos vascos y a quienes todavía hoy sufren la cárcel o el exilio.
• En segundo lugar, destacamos que ya es hora de acabar con la deportación. De la misma manera que en su día los gobiernos español y francés decidieron poner en marcha esta medida, ya es hora después de 36 años de dejarla sin efecto.
• En tercer lugar insistimos en que uno de los ingredientes imprescindibles para construir un marco que posibilite una convivencia sana y normalizada en Euskal Herria es la no existencia de deportados, refugiados o presos por motivaciones políticas. ¿O hay alguien que cree que lo contrario es posible? Ya es hora de comenzar a dar pasos en ese sentido en un contexto político que abre las puertas de par en par a la construcción de un marco de convivencia basado en la libertad, la justicia y la democracia y que abra cauces para la superación de las controversias por vías pacíficas y democráticas.
La deportación no tiene ningun soporte legal, ni jurídico, ni administrativo que la justifique siquiera formalmente. Los deportados están cumpliendo una pena sin haber sido juzgados ni condenados, sin haber tenido derecho a una defensa formal frente a las hipotéticas acusaciones que se lanzan sobre ellos. Las personas deportadas son vítimas de la más absoluta arbitrariedad represiva.
Los y las deportadas ni siquiera son en ese sentido “huidos de la justicia”, como en tono despectivo y acusador los califica el Gobierno español, al contrario fueron llevados a los paises en los que se encuentran precisamente por las autoridades españolas y francesas, en muchas ocasiones en aviones militares de ambos ejércitos.
En el caso de Txetxu han sido 36 años de condena de deportación, condena que no computa como tal oficialmente. Es más, una condena que no impide que se sigan dando por parte española solicitudes de extradición con el único objeto de imponer una nueva condena -esta vez de prisión- o de convertir la deportación en una condena a perpetuidad.
Txetxu es el duodécimo exiliado político vasco que muere en la deportación. Fueron 71 los exiliados políticos deportados a Panamá, Venezuela, Cuba, República Dominicana, Togo, Cabo Verde, Ecuador, Gabon, Sao Tom y Argelia.
36 han sido las personas deportadas que han vuelto a casa desde que el EIPK pusiese en Martxa el proceso de vuelta a casa como aportación al proceso político de resolución del conflicto abierto en Euskal Herria. Actualmente son ocho las personas exiliadas que continúan deportadas. Se trata de:
- Venezuela:
- Eugenio Barrutiabengoa Zabarte (Arrasate)
- Cuba:
- Josu Abrisketa Korta (Ugao)
- José Angel Urtiaga Martinez (Mamariga)
- Iñaki Rodriguez (Orereta)
- Cabo Verde
- Tomás Linaza (Lemoa)
- José Antonio Olaizola Atxukarro (Zestoa)
- Emilio Martinez de Marigorta (Gasteiz)
- Félix Manzanos