Miles de personas que día a día trabajan por la libertad de Euskal Herria abarrotado hoy el Pabellón Anaitasuna de Iruña en el acto nacional ‘Askatzera lotuak’ celebrado por Sortu. Hace 50 años, en un 27 de septiembre como hoy, los jóvenes abertzales y antifranquistas Txiki y Otaegi, así como tres miembros del FRAP, fueron fusilados por el franquismo. Txiki y Otaegi y toda una generación soñadora y luchadora forman parte de la memoria de Euskal Herria. Con su recuerdo presente, distintas generaciones reunidas en Iruña han mirado al futuro y han hecho un llamamiento a perseverar en el camino hacia la independencia de Euskal Herria y desatar aquello que dejaron ‘atado y bien atado’.
Fragmentos del ‘NO-DO’ proyectados en una pantalla en los que aparecían juntos Franco y Juan Carlos I, una multitud de gente entrando en el Pabellón Anaitasuna… así ha dado inicio el acto nacional de Sortu, con una ikurriña gigante colgada de una de las columnas del escenario. No sólo en el escenario, también en las gradas se han visto numerosas ikurriñas y banderas navarras, así como enseñas palestinas. El acto ha llegado a uno de sus momentos culminantes cuando Xabier Amuriza ha cantado al pueblo que se levantó contra el franquismo. A continuación, Kristiane Etxaluz, retrocediendo medio siglo, ha rememorado el ambiente abertzale de Ipar Euskal Herria de aquella época, las movilizaciones internacionales contra las penas de muerte, la marcha de mujeres de París a Hendaia, etc.
“Con el fusilamiento de Txiki y Otaegi intentaron sofocar las ansias de libertad de este pueblo, pero no lo lograron”, ha indicado en su intervención el secretario general de Sortu Arkaitz Rodriguez. Ha señalado que fueron luchadores antifranquistas, y que, al contrario de lo que sucede aquí, en cualquier país europeo serían objeto de homenajes institucionales. Asimismo, ha recordado que la llamada Transición Democrática de España fue una mera “transacción”: “No hubo ruptura democrática. De la noche a la mañana, los franquistas se convirtieron en ‘demócratas de toda la vida’”.
Aquel 27 de septiembre de 1975 ha sido rememorado también en el escenario: el dantzari Martxel Rodriguez ha recordado en su interpretación los fusilamientos de Txiki y Otaegi, acompañado del ritmo de la tobera, el txistu y el ttun-ttun. En la escultura metálica de color negro creada por Sahatsa Jauregi para el acto han brillado pequeños círculos a modo de agujeros de bala. Itziar Aizpurua, que vivió los fusilamientos en prisión, ha recordado aquel dolor vivido, provocado no sólo por los fusilamientos, sino también por la falacia que supuso la transición. Aunque también se ha referido a las ganas de vivir de Euskal Herria, y ha finalizado su intervención señalando que nuestro pueblo sigue vivo gracias a la lucha.
Euskal Herria sigue viva hoy. No obstante, según Rodriguez, hace 50 años se perdió una gran oportunidad: “Los pueblos que conforman el Estado Español perdimos la oportunidad de lograr nuestro derecho de autodeterminación, y el reto sigue siendo dejar atrás el Régimen del 78 y alcanzar la libertad y la soberanía de Euskal Herria”. Según el secretario general de Sortu, no cabe una democratización profunda del Estado español sin reconocer la condición de nación de Euskal Herria y su derecho a decidir. “El gobierno español, el Estado es otra cosa, tiene ante sí una nueva oportunidad diría que histórica para dar una solución democrática al problema español. Y digo bien: problema español”.
El testigo de la lucha ha pasado de generación a generación, lo cual también ha tenido su reflejo en el acto: después de la interpretación de la canción ‘Gaztetasuna eta Zahartasuna’ de Mikel Laboa por parte de Jurgi Ekiza, los bertsos de Irantzu Idoate y Sustrai Colina han puesto en diálogo a dos generaciones. Se han referido a temas como la transmisión de la historia, las ataduras y vínculos intergeneracionales... y han reivindicado la colaboración entre distintas generaciones para pensar y actuar como pueblo. A continuación, Garazi Esnaola y Maddi Ane Txoperena se han referido a la juventud a través de textos y canciones de Lurdes Iriondo.
Distintas generaciones y orígenes, puestos en valor por la izquierda abertzale. Y reflejo de ello son Txiki y Otaegi, el primero nacido en Extremadura y el segundo en el barrio de Nuarbe de Azpeitia, unidos ambos por un proyecto y una bandera. “Tal como defendía la izquierda abertzale en aquel momento, una vez más reivindicamos que ciudadanos/as vascos/as son todas las personas que viven y trabajan en Euskal Herria”. No sólo eso, sigue estando también de plena actualidad la metáfora de las dos caras de la misma moneda —la lucha nacional y social—: “Necesitamos soberanía para hacer frente a los colosales retos que tenemos como pueblo, para construir una república al servicio de las mayorías sociales y trabajadoras”.
Lur Albizu, responsable política de Sortu en Nafarroa, ha hecho un repaso histórico del movimiento de liberación de Euskal Herria, rememorando cicatrices y viajando a través de la cartografía de la geografía vasca. Tras su intervención, el dantzari Mattin Etxebeste, subido a la kutxa en la ‘Kaxarranka’ y acompañado de un cuarteto de cuerda, ha hecho vibrar a todo el pabellón. A continuación, tres personas han cogido las cuerdas que había dentro de la kutxa y han escrito con ellas la palabra askatzera en la obra de Jauregi, mientras Kattalin Miner leía un texto elaborado a partir del lema del acto. Haciendo alusión a la famosa frase atribuida a Franco e invirtiendo su significado, ha equiparado atadura con militancia, vínculo, unión…
Compromiso, colaboración y confianza, son elementos necesarios del vínculo. Y gracias a ellos, Rodriguez ha remarcado que el proceso de liberación de Euskal Herria se encuentra en un momento decisivo. "La mayor oportunidad y el mayor desafío del momento es dar un paso en nuestro proceso de soberanía. No obstante, también existen riesgos y amenazas, principalmente uno: al igual que está ocurriendo en muchas partes del mundo, la llegada al poder de un bloque reaccionario y la puesta en marcha de una agenda autoritaria y neofascista tanto en el Estado español como en el Estado francés". En ambos casos, es necesario un nuevo impulso a gran escala a nivel nacional. Para ello ha hecho un llamamiento a reafirmar el compromiso con el proceso de liberación de nuestro pueblo.
Tras la interpretación de la canción 'Ilegala' por parte de Ekiza, el acto ha terminado con el discurso político de Rodríguez. Todo el pabellón Anaitasuna en pie, cantando juntos 'Eusko Gudariak'. 50 años después, en recuerdo de los fusilamientos, miles de personas de distintas generaciones han reafirmado su compromiso con la lucha por la liberación de Euskal Herria, para, de una vez por todas, desatar lo que un día quedó ‘atado y bien atado’. Porque la lucha es eso: liberar Euskal Herria para liberar el mundo.