Sortu ha celebrado hoy, 6 de febrero, una manifestación en Donostia, en el marco de la acción activista que está llevando a cabo para denunciar la emergencia residencial. Bajo el lema ‘Eskubideekin ez da espekulatzen. Etxe eta bizitza duinak denontzat!’ [‘Con los derechos no se especula. ¡Viviendas y vidas dignas para todo el mundo!’] la marcha ha recorrido el trayecto desde la plaza de Catalunya hasta el ayuntamiento, denunciando la especulación con la vivienda por parte de los fondos buitre, los bancos, los grandes propietarios y las inmobiliarias. Así mismo, han rechazado las medidas políticas que la hacen posible y han demandado soluciones.
Aunque la vivienda está reconocida como un derecho subjetivo, hoy en día es un medio para el negocio y la especulación. Ante ello, al final de la manifestación el miembro de Sortu y portavoz de la acción activista, Beñat Lusarreta, ha subrayado la necesidad de adoptar de manera inmediata medidas de urgencia: “Por un lado, tal y como establece la legislación española, hay de declarar inmediatamente zonas tensionadas, para limitar los precios. Por otro lado, hay que poner límites a las viviendas turísticas”. Y ha añadido que también es necesario topar los alquileres y tomar medidas para movilizar las segundas viviendas.
Además de las medidas inmediatas, también han exigido medidas a medio plazo: “El problema es estructural y, por lo tanto, la solución también debe serlo. Al menos el 30% de las viviendas tienen que ser públicas. Por lo tanto, hay que aumentar el parque público de vivienda, lo cual puede condicionar el precio de mercado”. Así mismo, Lusarreta ha subrayado que para garantizar el derecho a la vivienda es necesario impulsar la cultura del alquiler, añadiendo que hay que ir más allá: “Necesitamos soberanía plena. Las leyes de la CAV y de Nafarroa y las competencias de la Mancomunidad Vasca ofrecen un camino por donde empezar. Pero necesitamos todas las competencias para poder desarrollar una política de vivienda soberana y justa: ley del suelo, ley hipotecaria, ley de alquiler, etc.”.
La acción activista de denuncia empezó ayer, en sendas viviendas de dos grandes propietarios (en el centro y en Gros). Una vez finalizado el plazo de la reserva de estancia, las y los activistas que están llevando a cabo la acción anunciaron que su intención era permanecer allí. Desde entonces, han llevado a cabo diferentes acciones. Esta mañana han señalado dos edificios de la plaza de Catalunya. El primero pertenece al fondo buitre Azora. Actualmente hay en el mismo 6 pisos turísticos y un pequeño número de vecinas y vecinos que conservan la renta antigua, y todas las demás viviendas están vacías. Y es que el modus operandi de los fondos buitre consiste precisamente en hacerse con edificios enteros no renovando los contratos de alquiler o imponiendo subidas desorbitadas. De ese modo, vacían de vecinas y vecinos los edificios y los utilizan para la especulación, haciendo hoteles o convirtiéndolos en pisos turísticos.
El segundo edificio perteneció en su día a Telefónica (empresa estatal privatizada en la década de los 90), que se lo ha vendido a un fondo de inversión. Ahí también han intentado hacer un hotel, pero, al no haber obtenido la licencia para ello, ahora proyectan hacer viviendas de lujo destinadas a la compraventa a un precio superior al millón de euros. Las y los activistas se han dedicado a difundir esa situación, repartiendo octavillas y mediante paneles informativos. Precisamente, Gros es uno de los pocos barrios de Donostia en los que no hay vivienda pública.