Sortu ha llevado a cabo un acto en Hernani para mostrar que Euskal Herria no tiene rey y que, por tanto, Felipe VI no es bienvenido. En el acto de protesta ha colgado boca abajo imágenes de Franco, el rey emérito Juan Carlos I y el rey Felipe VI para escenificar la no ruptura entre el franquismo y el régimen actual. Frente a ellos, varios activistas han demostrado paneles con la reivindicación de la República Vasca. Todos los ciudadanos que lo han querido han activado por megafonía el audio que silba el himno español pulsando un gran pulsador.
En el acto han tomado la palabra los miembros del Consejo Nacional de Sortu Paul Laka y Lur Albizu. Para ellos, "el principal pilar del régimen del 78 es Felipe VI". De hecho, el régimen del 78 se configuró en torno a tres ejes: la unidad de España, el capitalismo de mercado y la impunidad del franquismo. Este régimen no sólo niega los derechos nacionales de Euskal Herria, Cataluña y Galicia, sino también los derechos de los trabajadores y sectores populares de estos pueblos y del Estado en general.
Felipe VI es además, a juicio de Sortu, la cara principal del bloque reaccionario de derechas que en los últimos tiempos está profundizando en la involución del Estado. Ese bloque recacionario está tratando de apuntalar ese régimen que se está agrietando con todos los instrumentos a su alcance. Entre ellos, los casos llamados lawfare, para lo que instrumentaliza el aparato de justicia, como en el pasado se ha instrumentalizado contra el independentismo vasco y contra el independentismo catalán.
Y es que las estructuras del franquismo siguen arraigadas en el régimen del 78, "en el poder económico, en el aparato de justicia y en las fuerzas de seguridad, entre otros”, han dicho Albizu y Laka. En este sentido, Sortu considera que la única manera de parar a la derecha reaccionaria es romper con el franquismo, depurar los aparatos de Estado e iniciar la democratización pendiente desde el 78. "No hay regeneración democrática sin romper con el franquismo. No hay regeneración democrática sin depurar los aparatos de estado y no hay regeneración democrática sin abordar el problema fundamental de ese régimen: la imposibilidad de gestionar democráticamente su plurinacionalidad”. En palabras de Albizu y Laka, "es imprescindible el reconocimiento de la identidad nacional y los derechos de Euskal Herria, Cataluña y Galicia para que la regeneración democrática pendiente se lleve a cabo".