Hace unos meses decíamos que es imposible prever el futuro. Entre otras cosas, porque está en juego el rumbo que va a imperar. Estamos inmersas en esa batalla. Así pues, es evidente que no hay vuelta a la situación anterior a las crisis. Es evidente que las relaciones de poder se han visto sacudidas y condicionadas por la subjetividad. Es imposible comprender este momento sin observar esta sacudida general y sus efectos. Es imposible hacer una lectura del momento sin tener en cuenta la crisis de los cuidados. Por lo tanto, consideramos necesario interpretar bien, desde el momento que vivimos, los retos que tenemos de cara al futuro y desarrollarlos ofreciendo una respuesta al momento.
En Euskal Herria contamos con unas bases sólidas para dar respuesta a esta situación de crisis desde una perspectiva feminista. Hemos alertado sobre la crisis de los cuidados. Como punto fuerte, anteriormente asistimos a las dos huelgas feministas y existe la posibilidad de darles continuidad. A pesar de la crudeza de lo que se nos viene encima, también existe una opción que debemos aprovechar: la soberanía es más necesaria que nunca, lo cual es cada vez más evidente. De hecho, tenemos una gran oportunidad de ir dando pasos hacia la soberanía feminista, dentro de la transición feminista. Los retos feministas y el movimiento feminista de Euskal Herria son imprescindibles para avanzar en la construcción de un estado vasco y vamos a actuar con esa ambición.
En plena pandemia afloraron las carencias de este sistema; unas cadencias que ya padecíamos antes, entre ellas la de los cuidados. Y ha quedado claro: el propio sistema es la mayor carencia para lograr que las vidas dignas de ser vividas. A partir de esa lectura emprendió el camino la Coordinadora Feminista Bizitzak Erdigunean. Desde entonces, el movimiento feminista ha hecho una apuesta clara por poner los cuidados en primera línea. Las reflexiones de los últimos meses han ofrecido una conclusión clara: estamos en el momento de luchar por un Sistema Público Comunitario de Cuidados en Euskal Herria del País Vasco que pivotará sobre lo público.
Más que a corto plazo, está claro que es un reto a desarrollar a medio-largo plazo, para lo que será necesario aglutinar y articular fuerzas. Esta es la apuesta que se ha puesto sobre la mesa y ahora nos toca trazar ese camino.
Es tiempo, más que nunca, de aglutinar fuerzas para la independencia. Tiempo para el fortalecimiento y la construcción de las soberanías; de la consecución de un sistema de cuidados público comunitario en Euskal Herria; de la construcción de una Euskal Herria soberana y feminista. En el camino hacia la transición feminista, estamos abriendo nuevas grietas el sistema de cuidados que sustenta el modelo de vida actual, y para ahondar en ello es imprescindible tejer alianzas y tejer redes de manera mutua. ¡Con ambición y compromiso abordaremos día a día la construcción de una república vasca libre y feminista!