NOTICIA


El ecologismo al centro

2021-11-08

Pod Cast sobre ecologismo, con Jokin Bergara Eguren y Ainhoa Intxaurrandieta Ezkurra.

Sortu lanza su segundo Pod Cast con el fin de promover la reflexión y el debate dentro del proceso del Congreso. En este caso nos hemos centrado en el ecologismo. Maialen Kortabarria Zabala ha conducido una pod cast en el que han participado por una parte Jokin Bergara Eguren, de la plataforma Zaldibar Argitu, que centra ahora sus esfuerzos en una investigación sobre la experiencia cooperativa de Arrasate desde una mirada socio-ecológica, y por otra Ainhoa Intxaurrandieta Ezkurra, una de las personas que en su día logró paralizar la incineradora de Zubieta y que actualmente es juntera de EH Bildu en las Juntas Generales de Gipuzkoa.

En la tertulia se han tratado temas de gran actualidad como el greenwashing, los combustibles, el decrecimiento, el colapso, la emergencia climática o los retos que tenemos en Euskal Herria.

Han recordado que la cubre COP26 que estos días se está celebrando en Glasgow tiene mucho de representación teatral. Según el IPCC, para 2050 superaremos la barrera de los 1,5º C, por lo que las potencias occidentales se ven obligadas a demostrar que están haciendo algo. “No sé si hay que guardar esperanzas con estos encuentros. Hay que recordar que faltan tres grandes potencias mundiales: Brasil, Rusia y China”, ha explicado Jokin.

Ainhoa está de acuerdo: “Las potencias que participan son capitalistas. Y precisamente ese es el mayor problema de la ecología, el capitalismo. Es teatro. Aparentan hacer algo, mientras lo único que hacen es pintar de verde su salvaje sistema capitalista, porque queda más bonito. Al final siguen en las mismas: mantener el capital contra la vida. Siguen priorizando al capital frente a la vida”. Sin embargo, sí le genera esperazas los movimientos que protestan y luchan desde el exterior.

Si antes el ecologismo era un cuestión marginal, ahora acapara una centralidad total. Existe una mayor preocupación social y política, ya que los datos científicos son concluyentes. Los principales agentes políticos se han dado cuenta de que hay que dar una imagen, que controlan la situación y que van a dar con una salida. En palabras de Jokin, “el antrolopo Santiago Muño habla bien de que la sostenibilidad no es una cuestión científica, sino, ante todo, política. Al ser un problema humano, la solución tiene que ser necesariamente política”.

Si todo el mundo produjera y consumiera como en Euskal Herria, necesitaríamos 2,6 planetas terrestres para sobrevivir. “Si nosotras vivimos así, es porque en otros lugares del mundo la gente está totalmente machacada y viviendo en situaciones indignas, lo es absolutamente injusto”, opina Ainhoa. “Además, nosotras tampoco podríamos seguir así. Vamos arruinando lo que pudieron vivir nuestros nuestras abuelas y abuelos. No permitamos que nuestras descendientes estén peor”.

Así que la clave está en el decrecimiento, un concepto que no habría que demonizar, según Jokin. Según algunos estudios, el consumo energético que teníamos en Euskal Herria en la década de los 70 era sostenible desde un punto de vista de decrecimiento. “No se trata de plantear que tenemos que volver a las cavernas. Tenemos que limitar nuestro consumo, que es ilimitado”. Vivir con menos no debería ser una renuncia absoluta. Hay que tener en cuenta que dispondríamos de más tiempo para dedicarnos a otras cosas.

Ambos contertulios han mostrado la necesidad de hablar de ecosocialismo. El ecosocialismo plantea una justa redistribución de la riqueza. La distribución de la justicia social debe darse dentro de una dimensión ecológica. Por lo tanto, las elecciones personales no son una revolución en sí mismas, aunque tienen una gran importancia. Debemos prestar atención a las acciones que realizamos y a las decisiones que tomamos, ya que tienen consecuencias.

Como es obvio, tener tres automóviles en todos los hogares no es sostenible, pero estas decisiones individuales tienen que ir necesariamente de acompañadas de medidas estructurales. En muchos hogares suele haber más de un coche para poder desplazarse al trabajo y porque el transporte público es escaso al no se invertirse lo suficiente en él –de hecho en muchos casos se plantean recortes–. Por eso, muchas veces, las decisiones estructurales obligan a tomar decisiones erróneas.

En lo referente al capitalismo verde, la opinión de Ainhoa y Jokin es que el ecologismo es necesariamente anticapitalista. Es un movimiento que lucha por la vida. Las grandes corporaciones han puesto en marcha una operación de greenwashing en la que anuncian la sustitución de combustibles fósiles por energías renovables, algo que hoy es científicamente imposible.

“Aquí hay que dar una batalla”, opina Jokin. “No sólo por nuestras vidas, sino también por las generaciones que vendrán después”. Por lo tanto, nos enfrentamos a grandes retos, empezando desde Euskal Herria. “Euskal Herria es un pueblo o nación con una fuerte tradición ecologista”, recuerda Ainhoa. “Hemos tenido muchas luchas que han marcado lo que queremos o lo que no queremos”. Ella cree que sería importante que todo este movimiento se articulara y convirtiera en un actor potente. “Me gustaría que pudiera equipararse a algo como Bilgune Feminista, que ha sido capaz de articular bajo un mismo paraguas a todos los grupos y movimientos existentes en cada pueblo”. Estos pequeños grupos, deberían ser capaces de fijar unos mínimos bajo el mismo manto. “Es la hora, es el momento. Tenemos que responder a esta situación como nación, a este reto potente y bestial”.

Jokin cree que el decrecimiento debería convertirse en hegemónico. “Tenemos que articular mayorías sociales ecologistas en Euskal Herria”, considera. “Tendremos que centrar nuestros esfuerzos en lucha cultural, para que sea el movimiento ecologista, ecosocialista sea lo más transversal y lo más amplio posible. La perspectiva nacional es importante. Fridays for Future y movimientos de este tipo ofrecen una visión global, pero existe un vacío para articular un movimiento ecologista potente que mire a Euskal Herria desde Euskal Herria. Tenemos trabajo que hacer”, opina.