Este fin de semana Sortu ha participado en el séptimo Congreso del Partido de la Izquierda Europea en Viena, celebrado bajo el lema "Peace, bread and roses (paz, pan y rosas). En su intervención, Arkaitz Rodriguez ha reclamado ambión para revertir el colapso que nos ha impuesto el capitalismo. Sortu participa desde 2019 como miembro observador en este partido que alberga en su seno partidos de izquierda europeos.
DISCURSO DE ARKAITZ RODRIGUEZ EN EL CONGRESO DE LA IZQUIERDA EUROPEA:
Socialismo o barbarie. Las palabras que Rosa Luxemburgo popularizara hace más de un siglo resuenan con más fuerza que nunca. Vivimos una crisis de proporciones históricas, una crisis múltiple, una crisis civilizacional, generada por un sistema, el capitalismo, que está condunciendo al planeta, a la humanidad y a la vida misma al colapso económico, energético, climático, biológico y nuclear. Algo que, como diría Naomi Klein, lo cambia todo.
¿Qué hacer? Más de un siglo después, esa sigue siendo la pregunta fundamental. La respuesta nos la da el lema de este congreso: paz, pan y rosas.
• Paz. Hay que parar la guerra de Ucrania. Decimos no a la invasión rusa, decimos no al intento de sojuzgar a todo un pueblo por la fuerza de las armas; pero decimos no igualmente a la escalada de sanciones y militar y al intento de alargar esa guerra por parte de EEUU, de la OTAN y de una Unión Europea convertida en triste colonia política y militar de estas. Por eso, les decimos: paren la guerra, siéntense a hablar y denle una solución política y diplomática al conflicto. Y háganlo ya.
• Pan. Hay que garantizar el bienestar material de las clases trabajadoras y populares, y hay que impulsar un reparto radical de la riqueza, porque la alternativa es el empobrecimiento generalizado de la población. Un empobrecimiento que está siendo hábilmente instrumentalizado por la extrema derecha para enfrentar a los penúltimos con los últimos y blindar el estatu quo. Así, hay que intervenir el mercado energético y el mercado inmobiliario. Hay que aumentar los salarios y las pensiones. Hay que reforzar los servicios públicos. Hay que reordenar la política de inversiones y orientar las mismas a financiar la necesaria transición ecosocial. Y hay que abordar una reforma fiscal en profundidad que haga que, de una vez por todas, paguen más quienes más tienen. Porque esta crisis no la pueden pagar los de siempre. Y porque la paz es mucho más que la ausencia de la guerra; la paz exige una seguridad integral, la garantía de los derechos sociales y económicos. Porque, como dijo Nelson Mandela, si tienes hambre y no hay pan, o si estás enfermo y no hay hospitales, puede que haya elecciones, puede que haya parlamentos, pero difícilmente podrá decirse que hay democracia.
• Y Rosas.
◦ Necesitamos un cuestionamiento y una transformacion radical de nuestro actual modelo de producción, distribución y consumo. Necesitamos una transición ecosocial justa y democrática. Necesitamos una nueva civilización, una civilización socialista; que ponga la vida y su cuidado en el centro; que deje de pelearse con el planeta y que, para ello, reduzca y ajuste su metabolismo socioeconómico a la capacidad de carga del planeta. Una civilización que aborde un profundo cambio cultural y de los valores; que desligue el concepto de bienestar y de desarrollo del crecimiento del PIB; que redefina el concepto mismo de felicidad. Y la necesitamos porque está visto, y así lo hemos podido corroborar durante la pandemia, allí donde impera la lógica del capital y el lucro privado, allí donde se privatiza y precariza y allí donde las instituciones rehuyen su deber de cuidarla, la vida retrocede, cuando no desaparece.
◦ Y necesitamos soberanía para los pueblos en tanto que sinónimo de poder político para poder construir sociedades nuevas, porque la mayor contribución que pueden hacer estos a la construcción de esa nueva civilización es avanzar en sus respectivos procesos de emancipación nacional y social.
Termino. En esta coyuntura histórica existen grandes peligros y amenazas. Pero también grandes oportunidades. Porque también pertenecen a este tiempo las victorias de Borich, Petro y Lula en América Latina, y la del Sinn Fein en Irlanda, y el renacimiento de la izquierda en el estado francés, y la fuerza del movimiento feminista, y la fuerza del movimiento ecologista, y el fortalecimiento del soberanismo de izquierdas en las naciones sin estado europeas etc, etc, etc. Así pues, ambición, ambición, ambición; hay que dar la batalla con la ambición de quien sabe que es posible cambiar las cosas. Pero sobre todo, hay que dar la batalla con vocación de poder y con una clara estrategia de poder:
• No son tiempos de repliegue, sino de disputar el poder, tanto en la calle como en las instituciones.
• La izquierda no nació para hacer discursos autorreferenciales. La izquierda no nació para recrearse en posiciones de confort político-ideológico. La izquierda no nació para ser eterno contrapoder, sino para conquistar el poder y ponerlo al servicio de la superación de toda opresión, dominación y explotación. No, la izquierda no nació para resistir, ni siquiera para responder; nosotros nacimos para ganar y vamos a ganar.