El Aberri Eguna es el momento de Euskal Herria, el momento de la nación y del pueblo vasco. Vivimos con orgullo Euskal Herria y la pertenencia este pueblo. Con orgullo pero sin arrogancia. Amamos nuestra patria, amamos nuestra lengua, nuestra historia, nuestro territorio, nuestra cultura, nuestra gente… Y por eso celebramos el Aberri Eguna.
Sin embargo, la supervivencia de este pueblo que tanto amamos está en juego, y también lo está su futuro. Somos conscientes de ello, y por eso decimos, entre otras cosas, que Euskal Herria necesita un salto. Un salto en esos ejes que nos hacen pueblo y un salto también para responder a los grandes retos que se nos presentan. Como hemos subrayado en los últimos meses, para ello es necesario reavivar el pulso nacional. Pero, junto con ello, las soberanías también nos resultan imprescindibles. Euskal Herria tiene derecho a decidir, para, además de garantizar su supervivencia, tomar decisiones sobre su futuro.
Queremos que este pueblo que tanto amamos esté vivo y sea vivible; para que sea de todas y de todos, para todas y para todos. Y, aunque la supervivencia está en juego, en Euskal Herria es incesante ese trabajo comunitario que hacemos para construir nuestro país todos los días. Somos miles las personas que, con ilusión y compromiso, estamos haciendo nación, construyendo estado, creando Euskal Herria.
En los últimos años estamos intentando revitalizar el Aberri Eguna, para que sea un día de reivindicación nacional y, en general, de difusión de la conciencia nacional. El objetivo último es celebrar el Aberri Eguna como pueblo y de manera unitaria, y estamos trabajando en esa dirección. Este año, los días 8 y 9 de abril estaremos en tres citas: en el acto unitario convocado por Batera en Donostia, en la celebración de EH Bildu en Iruñea y en el acto organizado por el movimiento abertzale de Ipar Euskal Herria en Itsasu.