Dolor y rabia. Ése es el sentimiento predominante en la izquierda abertzale tras la muerte del ex preso político vasco José Ángel Otxoa de Eribe. Esta muerte es dolorosa como todas, pero ese dolor es mayor aún al ser conscientes de que ha sido la política penitenciaria quien lo ha matado, ya el Estado ha actuado de manera inhumana con este preso que padecía una enfermedad grave e incurable. De ahí nuestra rabia. Este final podía haber sido totalmente distinto. No puede volver a ocurrir. No podemos dejar que vuelva a ocurrir.
Antes de nada, ofrecemos nuestro apoyo y solidaridad tanto a la familia como al entorno más próximo de Jose Angel Otxoa de Eribe. Les mostramos nuestras más sentidas condolencias.
Su enfermedad fue diagnosticada tarde y tuvo que iniciar tarde el tratamiento. Cuando lo pusieron en libertad ya era demasiado tarde. Jose Angel era uno de los 21 presos con enfermedad grave e incurable, y los trámites y gestiones para su puesta en libertad fueron tremendamente complicados.
Insistimos: urge poner en libertad a los presos enfermos. La muerte de Otxoa de Eribe refleja la situación que padecen los presos y presas gravemente enfermas. La prolongación de las condenas reduce la esperanza de vida de las mismas. Aunque en los últimos años haya descendido el número de presos políticos vascos, ha aumentado notablemente la cantidad de quienes padecen alguna enfermedad. Cualquier persona enferma necesita atención especializada y un entorno adecuado, además de medicamentos, máxime cuando la enfermedad es grave o incurable.
Hacemos un llamamiento a participar en las movilizaciones que se vayan a ser convocadas para denunciar la muerte de Otxoa de Eribe y a seguir luchando los por derechos de las personas presas, sobre todo de aquéllas con enfermedades graves e incurables, como es el caso de Ibon Fernandez Iradi, Txus Martin y Kepa Arronategi. Esta crueldad basada en la venganza debe acabar de inmediato. Este 2019 ya han fallecido Juan Mari Maizkurrena y Oier Gomez, después de que las condiciones de vida de la cárcel hubieran agudizado sus respectivas enfermedades. No queremos que salgan para morir, queremos que salgan en concidiones para hacer frente a su enfermedad y con tiempo.