La operación de la Guardia Civil contra altos cargos de la Generalitat es un golpe de estado sin disimulo alguno. De facto, El Reino de España ya ha aplicado el famoso artículo 155 de una manera cobarde. ¿Por qué no se atreve Rajoy a decir de una manera clara que ha suspendido la autonomía catalana? Y mientras, el PNV de Urkullu sigue tendiéndole la mano para colaborar. El Gobierno español utiliza ese apoyo para detener, registrar, confiscar, prohibir derechos civiles y reprimir la voluntad popular.
La autodeterminación y la soberanía son derechos irrefutables de los pueblos. El proceso catalán y el referendum del 1 de octubre son un torpedo que hace tambalear el régimen del 78. El Estado de las autonomías ha muerto. Ha sido el propio estado el encargado de quitarle la vida, á través de su carácter rígido, autoritario y antidemocrático.
Nuestro pueblo, como el catalán, necesita una soberanía plena. Nuestro pueblo, como el catalán, necesita un estado propio. Estamos a favor del referéndum del 1 de octubre y de la independencia. Cada vez está más claro que la independencia es la única opción para obtener un marco democrático.
En el año 2016 la precariedad laboral ha matado a 53 trabajadores. Desde que ha empezado 2017 ya han muerto 31 trabajadores. La precariedad mata, demasiado. Es una vergüenza.
Las luchas por la excarcelación de los presos, por la memoria, el reconocimiento y la reparación de todas las víctimas, por la desmilitarización, no son luchas hacia el pasado, sino luchas por el futuro, un futuro de Paz y Libertad para nuestro país.
La paz justa y duradera está por ganar. Nadie nos va a regalar la paz. No hay paz justa y duradera, no hay una Euskal Herria libre y en paz, con presos políticos en las cárceles españolas y francesas.
No es posible una Euskal Herria libre y en paz sin que aquellos que vinieron a hacer la guerra, a imponer la violencia, la tortura, la represión y la muerte, las fuerzas militares y policías represivas de España, abandonen, de una vez por todas, nuestro país.
No hay una paz justa y duradera sin verdad, justicia y reparación para TODAS las víctimas de TODAS las violencias políticas.
El Aberri Eguna de este año llega en un contexto especial. Algunos compañeros europeos están desarrollando su camino hacia la independencia. Escocia ha anunciado para el año 2018 su segundo referendum. En Cataluña si todo va bien en septiembre se celebrará el referendum para la independencia, sea pactada o unilateral. Ese hecho generará nuevas condiciones, también en Euskal Herria. Estamos viviendo el final de una fase histórica y abriendo las puertas a una nueva.
El pasado sábado, el día del desarme de ETA, vimos de nuevo la fuerza del pueblo. Este pueblo tiene una imajinación y capacidad inmensa de innovación para avanzar. En Sortu estamos muy orgullosos de ello. Ahora es el tiempo de coger de nuevo el testigo para llevar nuestro pueblo a la libertad. Sólo el pueblo salva al pueblo.
Este es el momento para poner en marcha el proceso soberanista entre quienes estamos dispuestos para ello. El pueblo es el punto de partida y el objetivo. Hace 80 años los fascistas se levantaron contra la IIª República. Hoy tenemos la determinación para construir la Iª República Vasca. Seguiremos luchando, poniendo en práctica el derecho a decidir a favor de un Estado propio.
Llamamos a los y las ciudadanas vascas a participar este domingo con ikurrinas en mano en el Aberri Eguna organizado por Independentistak Sarea y Gernika Batzordea en Gernika. Herria da aberria.
El desarme de ETA a sido un paso unilateral histórico para poder construir la paz y la convivencia en Euskal Herria, y para poder avanzar en el proceso de liberación nacional y social. ETA se ha desarmado de la mano del pueblo, demostrando que los Estados son fuertes pero no invencibles. La implicación de los Artesanos de la Paz y la sociedad civil en general ha sido ejemplar para poder superar los obstaculos establecidos por parte de los Estados.
Pero ateniendonos a la hoja de ruta de Aiete, aún faltan pasos para conseguir la paz completa en Euskal Herria. Es urgente resolver la situación de los presos, refugiados y deportados políticos vascos por un lado y la desmilitarización completa de Euskal Herria por otro lado por parte de las fuerzas de ocupación.