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¿Nos sobra el 8 de Marzo?

2024-03-08

Para cuando nos hemos dado cuenta, vuelve a ser 8 de Marzo. Esta señalada fecha nos ha pillado por enésima vez. Y, vista la agenda, ¿no nos sobra este año el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras?

En Euskal Herria la lucha feminista ya no necesita esperar a las efemérides, pues cuenta con una agenda propia establecida en base a una dirección precisa y una estrategia clara, con sus propios hitos y procesos.

En fechas como esta solemos hacer balance del año: qué nos hemos dejado por el camino, qué hemos sembrado, qué hemos cosechado... Y, este año, en Euskal Herria ha germinado el deseo de cambio que con calma y tranquilidad estábamos –y estamos– sembrando y trabajando aquí y allá. Reflejo de ello han sido, entre otras, las múltiples luchas y reivindicaciones por una vida, un país y un mundo más dignos y más justos, con el consiguiente deseo popular de cambio. Pero, ¿qué le ha aportado a la lucha feminista ese deseo de cambio? ¿Y qué le ha aportado la lucha feminista a ese deseo de cambio? Son preguntas y, cómo no, respuestas que se entrecruzan.

El año pasado hablábamos de las posibilidades de cambio en Euskal Herria y de la necesidad de impulsar ese cambio. En ese sentido, considerábamos que la estrategia feminista independentista es imprescindible, y destacábamos tres grandes retos: hacerle frente a la reacción defendiendo los derechos conquistados mediante la lucha; organizar una mayoría social soberanista alineada con el feminismo, ofreciendo un horizonte -el Estado vasco feminista y la transición feminista hacia el mismo-; e iniciar en Euskal Herria un nuevo ciclo de lucha feminista, dando un salto histórico en la universalización del derecho al cuidado.

Transcurrido un año, cabe destacar de manera especial la lucha por el derecho colectivo al cuidado y la Huelga Feminista General como principal hito de la misma. El Movimiento Feminista de Euskal Herria ha situado en la agenda la cuestión de los cuidados, poniendo en el centro las vidas de todas, tejiendo alianzas en torno al Acuerdo Social e interpelando a las instituciones. Y, especialmente, ha evidenciado que en Euskal Herria es posible y que tenemos que hacerlo desde Euskal Herria, siendo la transición feminista imprescindible para ello. Se trata de una lucha que, sin duda, viene a transformar de raíz el propio sistema. Esa ha sido precisamente una de las principales banderas enarboladas por el deseo popular de cambio.

Este año también nos ha dejado otro hito importante en la dirección de la estrategia feminista independentista: Talaia Feminista, punto de encuentro de mujeres feministas soberanistas e independentistas, que ha elaborado el dosier del año 2023. Para nosotras, Talaia Feminista es una herramienta imprescindible para consolidar la alianza de la mayoría soberanista y feminista de Euskal Herria, así como para incidir en el camino hacia el Estado vasco feminista. El dosier ha analizado el impacto que ha tenido el año 2023 en las mujeres y en la transición feminista de Euskal Herria. Y, entre otras cuestiones, ha subrayado la capacidad de respuesta e incidencia que ha demostrado el feminismo vasco.

Y, ya que hemos hablado de Talaia Feminista y de su dosier del año 2023, no podemos dejar de mencionar que, además de las fortalezas, el dosier también ha puesto sobre la mesa los retrocesos, entre los cuales destacan el creciente deterioro de las condiciones de vida (emergencia ecológica, descenso del poder adquisitivo de las mujeres y de la sociedad vasca en general...), la violencia habida en diferentes ámbitos (machista, contra el euskara...), y las respuestas reaccionarias de determinados sectores. Así pues, podemos decir que también este último año ha tenido luces y sombras.

En cualquier caso, consideramos que ha sido un año fructífero para la lucha feminista, un año que le ha aportado mucho al viento de esperanza y transformación que se ha levantado desde marzo de 2023. Y ese viento también ha contribuido a que ondee la bandera de la lucha feminista. Noviembre ha sido, probablemente, la muestra más clara de ello, ya que las reivindicaciones y proclamas a favor de todas las vidas, el euskara, los pueblos oprimidos, la soberanía y unas condiciones laborales dignas han ido de la mano. Por eso, aunque el año ha tenido luces y sombras, lo podemos decir con claridad: la posibilidad de cambio ya está en marcha, y Euskal Herria está en marcha; en marcha, desde el feminismo.

Hemos comenzado estas líneas diciendo que el 8 de Marzo nos ha pillado por enésima vez, preguntándonos si esta señalada fecha no nos sobra este año. Y es que en Euskal Herria la lucha feminista ya no necesita esperar a las efemérides, pues cuenta con una agenda propia establecida en base a una dirección precisa y una estrategia clara, con sus propios hitos y procesos. Sin embargo, y aunque algunas veces las citas habituales nos pillan y nos ocupan la agenda, tenemos claro que el 8 de Marzo no nos sobra; ni este año, ni de cara al futuro. Tenemos mucho que celebrar y, sobre todo, mucho que reivindicar. A veces tenemos que sentarnos y ver de dónde venimos, dónde estamos. Sentarnos para recordar hacia dónde queremos ir y sentir comunidad entre quienes estamos en rebeldía. Y tales días y efemérides nos sirven (nos tienen que servir) también para eso.

Hemos entrado en marzo, y la primavera viene pletórica en Euskal Herria –igual que vino el otoño-. De cara a las próximas semanas y meses tenemos grandes retos de país; y el viento a favor. Y, sin esperar a lo que nos depare el año 2024, tenemos que pasar a la acción; tenemos que actuar, hacer e incidir. Tenemos que seguir avanzando en el proceso de liberación de Euskal Herria y de las mujeres, y en nuestro pueblo la fuerza para la transformación feminista está organizada. El 8 de Marzo de este año volverá a ser reflejo de ello: enarbolaremos la bandera y las proclamas del movimiento feminista, reivindicando que no se haga negocio con nuestras vidas, exigiendo hacerse cargo. Euskal Herria está floreciendo gracias, entre otras cosas, a la lucha feminista. Y nosotras seguiremos incrementando la fuerza para la independencia, en el camino hacia el Estado vasco feminista.

Aiora Epelde Agirre y Kizkitza Gil de San Vicente Gurrutxaga, del Consejo Nacional de Sortu