Se cumplen 65 años desde que Txillardegi publicara “Leturiaren egunkari ezkutua”, primera novela de la literatura moderna en euskera y uno de los hitos del renacimiento cultural vasco de los años 60 del siglo pasado. Pues bien, esta situación excepcional exige un nuevo impulso popular, un renacimiento cultural y nacional como el de entonces; que este país active, articule y libere sus energías comunitarias, y que pueda articularlas también con sus capacidades institucionales.
Y esta situación excepcional exige también una construcción de acuerdos y alianzas más amplias posibles entre la mayoría de las fuerzas políticas, sociales y sindicales posibles, con tres objetivos claros:Uno: parar a las derechas reaccionarias, lo mismo en la calle que en las instituciones.
Dos: avanzar al máximo en la recuperación de los derechos sociales y económicos, el camino de la soberanía y la construcción nacional.
Tres: si las derechas reaccionarias se hicieran con el Gobierno en Madrid, debemos afrontar como pueblo la ofensiva represiva, recentralizadora y antidemocrática que vendrá. Poca broma en este punto, porque las conocemos bastante bien, porque sabemos muy bien de qué son capaces, y si acaban imponiéndose, lo pagaremos con creces las mujeres, el colectivo LGTBI, los sectores trabajadores y populares y los pueblos.
Hay que poner al país en pie. Hay que poner al país en marcha. Para hacer frente a los enormes retos que tenemos como pueblo. Para avanzar en la recuperación de derechos sociales y económicos. Para avanzar en la recuperación de soberanía. Y para mandar un mensaje claro a las derechas reaccionarias: ¡iros al carajo, fascistas de mierda, que aquí hay un pueblo digno!