Retos para el curso 2022/23

2022-07-19

¿Qué hacer? Igual que hace 120 años, ésa es la pregunta. Y nosotras tenemos la estrategia, tenemos el plan, tenemos la pasión y tenemos la fuerza. Así, entendemos que son cinco los retos de los próximos meses y años.


1
Lucha contra la crisis, tanto en la calle como en las instituciones

Hay que hacer frente a la nueva crisis en ciernes, y hay que hacer con un principio claro: esta crisis no la pueden pagar los de siempre: las mujeres, los jóvenes, las personas racializadas, las pensionistas, los y las trabajadoras. No. Esta crisis la tienen que pagar los ricos, las grandes empresas, el oligopolio eléctrico, la banca, que para eso son los grandes responsables de la misma, y para eso los rescatamos hace 10 años con miles de millones de euros.

Así pues, hay que intervenir el mercado energético, acabar con el oligopolio eléctrico y garantizar el control público tanto de éste como del resto de sectores estratégicos. Hay que subir el SMI y las pensiones y, en lo que a Euskal Herria se refiere, adaptarlo a la realidad socioeconómica y la relación de fuerzas aquí existente. Hay que acabar con la estafa inmobiliaria, garantizar que todo el mundo tenga acceso a una vivienda digna. Hay que construir un sistema público de cuidados. Hay que acabar con la mercantilización de la educación o la sanidad, porque no es aceptable que nadie haga negocio con los derechos fundamentales de la gente. Y hay quien aborda una reforma fiscal en profundidad, que acaba con los privilegios de los ricos y hace que, de una vez por todas, paguen más quienes más tienen.


2
Construcción de una nueva civilización

Hay que hacer frente a la crisis, sí. Para ello es necesario adoptar medidas inmediatas que protejan las personas, la economía, el empleo y los salarios y garanticen el bienestar energético de la sociedad. Pero también medidas estratégicas y estructurales dirigidas a una transformación radical del modelo de producción, distribución y consumo.

Se trata levantar la bandera de la utopía, reivindicar una alternativa radical e integral frente al capitalismo. Necesitamos una nueva civilización, socialista, que prime los intereses y los derechos colectivos, que ponga la vida y su cuidado en el centro porque está visto que cuando impera la lógica del capital y el lucro privado, se privatiza y precariza y las instituciones renuncian a la responsabilidad de preservarla, la vida retrocede, cuando no desaparece.


3
Recuperación de la soberanía

La lucha por la soberanía y por un Estado propio es la contribución de los pueblos sin estado a la construcción de esta nueva civilización.

No hay proyecto más revolucionario que el proceso independentista porque, como dijo alguien hace 50 años, avanzar en nuestra liberación nacional y social es la mayor contribución que podemos hacer a la lucha internacionalista y a la construcción de esa nueva civilización. Así, siendo una nación oprimida, en Euskal Herria toda lucha, sea de clases, feminista, ecologista o cualquier lucha liberadora pasa por la liberación nacional.

Necesitamos soberanía, porque necesitamos poder político para llevar el desarrollo total de todas estas luchas liberadoras. Pero sobre todo, porque nosotras no somos ni francesas ni españolas; nosotras somos vascas y, como todos los pueblos del mundo, tenemos todo el derecho a ser dueños de nosotras mismas. ¡Sí, nosotros somos vascas, y estamos orgullosas!


4
Fortalecer el soberanismo de izquierda en la calle y en las instituciones

Todos estos retos requieren de una nueva mayoría y un nuevo liderazgo. Una mayoría, soberanista y progresista, que ya existe en el país, pero que necesita ser proyectada y operativizada en términos electorales e institucionales. Y un liderazgo que tan solo puede venir de la mano del soberanismo de izquierdas, porque aquellos que con sus políticos nos han traido a esta situación difícilmente van a poder llevarnos a ningún otro sitio.

Por eso, ratificamos nuestra apuesta inequívoca por EH Bildu y EH Bai, y hacemos una apuesta clara por abrirlos a nuevos sectores. Por conformar ese frente amplio soberanista y progresista que lidere este país hacia un futuro de soberanía y justicia social.

Y hacemos una apuesta clara porque EH Bildu y EH Bai gobiernen el mayor número posible de instituciones, porque eso es bueno para la gente, es bueno para el país, es bueno para el proceso de emancipación nacional y social, y porque, como ya hemos dicho, nosotras nacimos para ser eterna oposición; nacimos para ganar, y vamos a ganar.


5
Un nuevo impulso popular

Se cumplen 65 años desde que Txillardegi publicara “Leturiaren egunkari ezkutua”, primera novela de la literatura moderna en euskera y uno de los hitos del renacimiento cultural vasco de los años 60 del siglo pasado. Pues bien, esta situación excepcional exige un nuevo impulso popular, un renacimiento cultural y nacional como el de entonces; que este país active, articule y libere sus energías comunitarias, y que pueda articularlas también con sus capacidades institucionales.

Y esta situación excepcional exige también una construcción de acuerdos y alianzas más amplias posibles entre la mayoría de las fuerzas políticas, sociales y sindicales posibles, con tres objetivos claros:

  • Uno: parar a las derechas reaccionarias, lo mismo en la calle que en las instituciones.

  • Dos: avanzar al máximo en la recuperación de los derechos sociales y económicos, el camino de la soberanía y la construcción nacional.

  • Tres: si las derechas reaccionarias se hicieran con el Gobierno en Madrid, debemos afrontar como pueblo la ofensiva represiva, recentralizadora y antidemocrática que vendrá. Poca broma en este punto, porque las conocemos bastante bien, porque sabemos muy bien de qué son capaces, y si acaban imponiéndose, lo pagaremos con creces las mujeres, el colectivo LGTBI, los sectores trabajadores y populares y los pueblos.

 

Hay que poner al país en pie. Hay que poner al país en marcha. Para hacer frente a los enormes retos que tenemos como pueblo. Para avanzar en la recuperación de derechos sociales y económicos. Para avanzar en la recuperación de soberanía. Y para mandar un mensaje claro a las derechas reaccionarias: ¡iros al carajo, fascistas de mierda, que aquí hay un pueblo digno!