NOTICIA


Manipulación del relato

2019-06-27

Durante años han atribuido intencionadamente a ETA la explosión que mató a Begoña Urroz. Sobre esa mentira han pretendido construir un relato falso.

La impostura y el ridículo de esta tergiversación y esta obcecación solo puede compararse con la gran mentira urdida por Aznar sobre el atentado del 11-M

El 27 de junio de 1960 fue la fecha en que estalló la bomba que mató a la pequeña Begoña Urroz, y los manipuladores del relato construyeron una mentira para poner de manifiesto la “perversidad” de ETA, incluso en el franquismo. Durante 20 años hicieron creer a la opinión pública que ETA había sido la causante ocultando todos los indicios, pruebas y fuentes históricas que demostraban lo contrario.

La mentira fue tan lejos que en marzo de 2010 el Congreso de los Diputados acordó por unanimidad, declarar el 27 de junio de cada año Día de las Víctimas del Terrorismo porque en esa fecha se produjo “la primera muerte producida por ETA”. Posteriormente, en el Reglamento de la Ley de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo se especifica que “podrán solicitarse resarcimientos por daños materiales derivados de acciones terroristas que hubieran tenido lugar desde el 1 de enero de 1960”. El artificio queda en evidencia, se quiso resarcir, indemnizar y condecorar a todos servidores del franquismo (del estado) y para que la maniobra no resultara tan burda se adelantó la primera muerte de ETA en ocho años para que fuera una niña, y no un guardia civil al servicio de la dictadura, esa primera víctima inocente.

Pero el bochorno no queda ahí, sino que en el año 2013, Gobierno Vasco, a través de la Secretaría General de Paz y Convivencia que preside Jonan Fernández y que es “el órgano que asiste al Lehendakari Urkullu en la definición y dirección de la estrategia y actuaciones encaminadas a consolidar definitivamente la paz y lograr la normalización social”, encargó un informe cuya finalidad era clasificar y cuantificar las vulneraciones de derechos humanos constatadas desde 1960. De hecho, su título es “ Informe-base de vulneraciones de derechos humanos en el caso vasco (1960-2013)”.

Todo lo relacionado con las “victimas” reconocidas y reconocibles se remonta por ley, por informes y conmemoraciones a 1960, pero todo, absolutamente todo, reposa sobre una falsedad calculada y meditada de la historia y el relato.

Nunca antes una impostura había dejado al descubierto la mezquindad de tanto político de la “unanimidad” y de tantos “profesionales” con el título de historiadores o de periodistas que se arrastran o se dejan arrastrar. La impostura y el ridículo de esta tergiversación y esta obcecación solo puede compararse con la gran mentira urdida por Aznar sobre el atentado del 11-M.